FOTOS EN MOVIMIENTO

CHIPRAC "LA CIUDADELA ESCONDIDA"


En nuestra publicación anterior conocimos Rúpac, un sitio arqueológico que se ha promocionado con el apelativo de “Machu Picchu limeño” por la belleza de sus paisajes e imponentes estructuras arqueológicas.
Ahora, si tienes un fin de semana largo, aprovéchalo... te traemos un datazo para que te animes a visitar una maravilla cerca de Lima, CHIPRAC, conocida por muy pocos hasta ahora, un complejo arqueológico mucho más extenso que Rúpac y considerada La Capital del Reino de los Atavillos, que se mantuvo oculta por mucho tiempo. 


Anímate a romper la rutina y disfrutar de nuevas experiencias.

Les contamos un poco de Chiprac, también llamada Ciudad de Guerreros, fue construida entre los años 900 y 1.400 d.C., en las alturas de la comunidad campesina de San Juan de Uchucuánico, a 80 km de la provincia de Huaral, en Lima, esta comunidad campesina esta ubicada entre las montañas de la sierra huaralina a 2920 m.s.n.m., muy lejos del bullicio de la ciudad, un lugar silencioso y acogedor, lleno de casitas de barro con bellísimos balcones y algunos con techos de tejas.
Algo innegable de la civilización fue su talento para la edificación de viviendas y de escenarios de culto a sus dioses (el Sol y la Luna). Y Chiprac, con sus 25 asentamientos a más de 3.500 m.s.n.m. –obras de más de dos niveles levantadas únicamente con barro y piedra tallada, es la evidencia de su ingenio.



¿Cómo llegar? 

La siguiente aventura la tuvimos de la mano con un amigo inseparable Miguel y que es nuestro guía favorito en este tipo de viajes y sólo fuimos entre tres. 
Nos levantamos temprano (algo muy difícil de hacer) nos dirigimos a la terminal de Z bus en Acho a fin de abordar una movilidad hacia Huaral, después de dos horas llegamos a dicha ciudad y buscamos una movilidad para nuestro siguiente destino. La ruta que sigue dicha movilidad es la misma que lleva hacia Rúpac, sólo que realiza un desvío en el pueblo de Pampas para dirigirse a San Juan de Uchucuanico en el distrito de San Miguel de Acos.


Al fin llegamos al pueblo de San Juan, descansamos un poco del trayecto, después de haber almorzado y reposado por un momento nos pusimos en marcha, empezamos el ascenso por las montañas de la sierra huaralina, el sol no era muy fuerte. Tener en cuenta que para esta ruta no hay burros o caballos que nos puedan ayudar con las cosas, así que tenemos que cargarlos nosotros mismos, el trekking es un tramo de subida de 6 km desde el pueblo: una ruta que dura de dos a cuatro horas, va depender del ritmo en que vayas, pero que vale la pena hacerlo.
Los caminos son bien marcados y zigzagueantes, parecían no terminar, son caminos similares a las de Rúpac, sólo que un poco más empinados.

Al terminar el primer tramo de la caminata llegamos a un espacio mucho más abierto y aunque parecía relativamente plano, seguíamos en ascenso, pero disfrutas de una maravillosa naturaleza y llena de flores amarillas, aquí debíamos estar atentos y percatarnos del camino, desviarse de esa ruta podría implicar un extravío. En el último tramo podremos observar las construcciones de Chiprac al filo de las montañas, bellos edificios que se mimetizan con el paisaje. Ya en este tramo nos agarro la tarde, el frío se empezaba a sentir, estaba nublado, lloviznaba de a pocos  y un viento helado venía de las montañas nevadas del límite con Pasco que podían observarse desde lejos, ya en el último tramo nos arrancó el aliento, pero al fin llegamos justo antes del anochecer y la verdad sentí felicidad de haberlo logrado. 


La vista del ocaso en Chiprac es maravilloso, estábamos rodeados de históricas construcciones y de un manto rojo y naranja provocado por un sol que moría con ímpetu llevándose todo cansancio, el colchón de nubes que se podía ver tan cerca. El ocaso era un regalo de la meta, sólo uno de los muchos regalos que ya habíamos recibido en el camino.


Mientras armábamos la carpa, nos dimos cuenta que teníamos el lugar sólo para nosotros tres, nos disponíamos a buscar ramas o algo que nos sirviera para prender la fogata y poder tomar algo caliente, pero no fue tan lindo como pensábamos ya que en un rato comenzó a llover y nos tuvimos que meter a la carpa y compartir lo que habíamos llevado, toda la noche llovió, aunque fue una muy buena anécdota ya que padecimos un poco esa noche muy fría. 
Pero lo que nos alentaba era lo que recibiríamos al día siguiente cuando los rayos del sol descubrirían el gran legado histórico.


Al día siguiente nos levantamos muy temprano para realizar el recorrido y descubrir las historias que se esconden tras las murallas de Chiprac, el amanecer nos dio la primera impresión del sitio arqueológico, las portadas construidas con gran detalle nos invitaban a recorrer la ciudadela. 
Existen 2 zonas 1 que esta menos conservada y la otra que esta en mejor estado de conservación. 

Explorar cada rincón de Chiprac puede tomar unas cuantas horas, la ciudadela muestra diversas construcciones, desde kullpis, chullpas, terrazas y hasta lo que probablemente sería un reloj solar. Los muros son imponentes, muchos han resistido el paso del tiempo. Sin duda, son construcciones dignas de admirar. Nos dimos cuenta de la superposición de una piedra tras otra, de tal forma que puedan sostener los techos hechos con vigas de piedra, son impresionantes, una de sus sobresalientes técnicas fue colocar una piedra madre en sus cimientos, lo cual permitió soportar el peso de las casas, es por ello que a los Atavillos se les conoce como los Edificadores de los primeros rascacielos Pre-Incas.
Gran parte de las obras están intactas; sin embargo, un 30 % de ellas se han perjudicado por la falta de orientación y capacitación a los pobladores.
Entramos al interior de algunas de ellas, nos asombramos por que estaba todo en buen estado de conservación; pudimos observar pequeños cuartos, ventanas, pasajes, techos muy altos todos hechos de piedra y  nos imaginamos de alguna manera de como vivían estas personas. 

Al ir explorando nos topamos con una roca que sobresale en una parte elevada del terreno, desde la misma se tiene una vista panorámica de la ciudad. Para llegar a esa roca se tiene que pasar innumerables construcciones, sobretodo chullpas que aún muestran los restos óseos de sus antiguos habitantes, incluso, con algo de suerte verás vizcachas que han invadido dichas construcciones, la zona tienen rasgos enigmáticos que parecen esconderse por la hierba de la tierra y desde el punto más alto es posible visualizar el vuelo de los cóndores.





Chiprac es una joya con siglos de historia que contar, todo ahí se mimetiza con la naturaleza, es más, nos han mencionado que incluso vistas con un dron es difícil distinguir la ciudadela

Bueno, ya hemos acabado de hacer nuestro recorrido por Chiprac, ahora nos toca desmontar la carpa y arreglar nuestras cosas y empezar el camino de retorno.



DATO: 

El ingeniero Enrique Pareja Ferreyros, quien investiga la zona desde hace más de 20 años, indica que la civilización de los Atavillos nació en las cercanías del lago Titicaca dado que proviene de la expansión de los wari y Tiahuanaco.

TENER EN CUENTA

siempre ser cuidadosos de no dejar su basura al retirarse.

SI NO VAN A ESTAR COMPROMETIDOS CON EL CUIDADO Y CONSERVACIÓN DE ESTE LUGAR ES MEJOR ABSTENERSE DE IR, SERÍA MEJOR QUEDARSE EN CASA!

Les dejo con un vídeo sobre un documental de Chiprac, que les ayudará a conocer un poco más sobre este lugar enigmático y maravilloso... Nos vemos en nuestro próximo destino.




No hay comentarios:

Publicar un comentario